Una mirada a la situación política y económica del Ecuador

por Gabriel Varela.

CAPACIDAD PARA CAMBIAR…. O PARA QUE NADA CAMBIE

Lenin Moreno probablemente tendrá un puesto de privilegio cuando se hable de traición en los libros de historia del futuro, y no solo a nivel ecuatoriano, sino a nivel mundial. Aún resulta complicado explicar su comportamiento cuando hablamos de un giro de timón.

Allá por los años noventa, cuando  a Menem le preguntaron porque había traicionado el pensamiento del peronismo –y la plataforma política que lo llevo al poder- contesto: “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”, ese parece haber sido el camino elegido por Moreno, con el agravante brutal de que inició la persecución política más despiadada contra sus compañeros de militancia, destruyó el partido político que lo llevo al poder, y hasta llegó a encarcelar a su vicepresidente (Jorge Glas quien hoy sigue purgando una condena en una cárcel común) para poder implementar un programa político en las antípodas del que había sido votado en las Urnas.

Asimismo sostenemos que el Movimiento Peronista recuperó su identidad, praxis y doctrina, a partir de la asunción del Presidente Néstor Kirchner allá por el año 2003, iniciando un Proyecto de Gobierno que durante doce años mejoró las condiciones materiales de vida de nuestros compatriotas, y restituyó la dignidad y autoestima a las mayorías, que volvieron a ser empoderadas, con la recuperación de conquistas históricas, y el reconocimiento de nuevos derechos, en un proceso visto con desprecio y aversión por los personeros de la antipatria. Asimismo sostenemos que el Movimiento Peronista recuperó su identidad, praxis y doctrina, a partir de la asunción del Presidente Néstor Kirchner allá por el año 2003, iniciando un Proyecto de Gobierno que durante doce años mejoró las condiciones materiales de vida de nuestros compatriotas, y restituyó la dignidad y autoestima a las mayorías, que volvieron a ser empoderadas, con la recuperación de conquistas históricas, y el reconocimiento de nuevos derechos, en un proceso visto con desprecio y aversión por los personeros de la antipatria. Asimismo sostenemos que el Movimiento Peronista recuperó su identidad, praxis y doctrina, a partir de la asunción del Presidente Néstor Kirchner allá por el año 2003, iniciando un Proyecto de Gobierno que durante doce años mejoró las condiciones materiales de vida de nuestros compatriotas, y restituyó la dignidad y autoestima a las mayorías, que volvieron a ser empoderadas, con la recuperación de conquistas históricas, y el reconocimiento de nuevos derechos, en un proceso visto con desprecio y aversión por los personeros de la antipatria.

En aquella oportunidad, el hoy presidente Guillermo Lasso había sido derrotado por escaso margen en un ballotage muy peleado, y Rafael Correa lucía como el gran ganador, había catapultado a la presidencia a su delfín, a quien lo había acompañado en gran parte de su gestión como fiel aliado político, y el proyecto político de alianza país parecía quedar consolidado.

Los años de Lenin no fueron fáciles para el pueblo ecuatoriano. De la mano del inicio de la persecución política de los principales líderes de Alianza Pais vino también la implementación de un ajuste económico brutal, con despido de agentes estatales y una amplia reducción de subsidios a la gasolina y a muchos otros productos de consumo masivo, recortes en salud y educación,  etc.

La reducción de subsidios a los combustibles derivó en una protesta popular masiva que tuvo al país en vilo por aproximadamente una semana. El Decreto tuvo que ser retirado para detener las protestas pero la consecuencia fue más persecución y cárcel para los lideres Correistas, a quien se los culpo de impulsar los bloqueos y cortes de ruta. Se encarceló a muchos de ellos con inicio de causas penales. Algunos, como el caso de Gabriela Rivadeneira (ex presidente de la Asamblea durante las presidencias de RC) tuvieron que refugiarse en la embajada mexicana y partir al exilio.

El panorama del gobierno de Lenin Moreno fue desolador, un PBI en picada causado por el tremendo ajuste económico y la restricción del ingreso de dólares por los precios internacionales, sumada a la escasa o nula inyección de dinero en la economía por parte del estado no podían dar otro resultado. El final de todo este desastre y la cereza de la torta terminó siendo la solicitud de un Prestamo al FMI, que como era de esperar fue utilizado para suportar la cuenta de gastos corrientes necesarios para poder seguir sosteniendo la dolarización, el talón de Aquiles de la Economía Ecuatoriana.

El pueblo ecuatoriano tiene un encantamiento con la dolarización, que allá por el comienzo del siglo llegó como parte del asesoramiento de Domingo Cavallo, y que hoy 20 años después esta en Ecuador para quedarse. En su momento, la dolarización fue prenda de estabilidad monetaria y económica, y marco la salida del Sucre como monedad de curso legal y el final del feriado bancario.

Se resignó soberanía monetaria en pos de estabilidad, pero hoy es el principal collar de ahorque de la económica ecuatoriana, ya que resulta ser el tipo de cambio más rígido que pueda tener una país que depende de los commodities para generar dólares genuinos del exterior. La dolarización impide llevar adelante políticas monetarias que permitan proteger la economía nacional de los embates de la economía global. Sin embargo, cualquier candidato a la presidencia con posibilidades debe jurar fidelidad a la dolarización bajo pena de caer brutalmente en las encuestas. Ecuador y Panamá son los únicos países latinoamericanos que cuentan con el dólar americano como moneda de Curso Legal. Ni Rafael Correa en sus mejores momentos pudo ni siquiera amagar con quitar la dolarización, que por lo que se ve, llegó para quedarse.

Culminando ya su periodo presidencial, con una imagen pública por el piso, Lenin Moreno ni siquiera pudo pensar en una reelección. Debido a tan alta traición no contaba con el apoyo de sus ex aliados (ALIANZA PAIS) a quienes se dedicó a perseguir y denostar durante todo su gobierno, ni con el apoyo de los sectores del establishment vernáculo.

La enorme corporación mediática aliada a la derecha se las ingenió  para mostrar a Lenin Moreno como una continuidad de Correa (a pesar de su giro abrupto de 180 grados) equiparando su pésima gestión a una continuidad del Gobierno de su antecesor, quien no tuvo otro camino que el exilio en Belgica. Así y todo pareciera que el conglomerado mediático local tampoco tiene pruritos de tipo racional, miente y miente que algo quedará, pareció ser la consigna. Durante toda la campaña se mostraban spots publicitarios como si Correa fuera el que estuviera culminando su periodo presidencial y en ningún momento la derecha pretendió atacar al gobierno de Moreno. El blanco de los disparos fue durante toda la campaña la figura del ex presidente exiliado y perseguido judicialmente. Curiosidades de la patria mediatica ecuatoriana.

Abierto el proceso electoral, el ungido de la derecha fue el dos veces derrotado en sus aspiraciones presidenciales, el banquero con aspiraciones políticas Guillermo Lasso, fundador del Banco de Guayaquil. Había sido derrotado por Rafael Correa primero y por Lenin Moreno en su segundo intento de llegar a Carondelet.

Lasso es un exonerado delincuente de guante blanco que compro deuda ecuatoriana (emitida por él mismo en su cargo de Ministro de Economía de Jamil Mahuad) a precio vil, luego de la debacle del feriado bancario y la llegada de la dolarización, y cobrada al Estado por su valor nominal. Un negocio que lo llevó ni más ni menos que a tener su propio banco, el Banco de Guayaquil. Lo que se dice un hombre de negocios, de negociados, de buenos negociados. Obviamente nunca tuvo una causa penal en su contra por este motivo, apenas un leve cuestionamiento ético.

Gracias al buen trato del que dispone por el conglomerado mediático, a su alianza con el ex alcalde de Guayaquil, el social cristiano Jaime Nebot, la alianza Lasso/Nebot pudo abroquelar buena parte del voto de la derecha que lo llevó a cosechar arriba del 20 % de los votos en la primera vuelta, muy por debajo del Correista Andrés Arauz, ex ministro de Rafael Correa, que lo superó ampliamente con un 33% de los votos.

Arauz tuvo en estas elecciones la parada más difícil, un liderazgo político diezmado por la persecución y por la cárcel, su principal líder político imposibilitado de pisar suelo ecuatoriano y en el exilio, el partido político inhabilitado, y un entramado mediático de derecha que muestra al Correismo como sinónimo de Delincuencia y Corrupción, incluyendo en este paquete a la gestión del ahora anticorreista en encarcelador Lenín Moreno.

Como la tercera vía –o la ancha avenida del medio se suele decir en Argentina- cosechó alrededor del 20 % de los votos el Candidato de Pachacutik, Yaku Perez, que quedó en tercer lugar por un puñado de votos.

Pachacutik es un movimiento político de tendencia indigenista surgido en 1995 con el fin de representar los intereses del movimiento indígena liderado por la CONAIE, con una plataforma de corte ambientalista y de “izquierda”, que ya veremos de izquierda tiene poco y nada.

Yaku Perez es un furibundo anticorreista, a tal punto que prefirió llamar al abstencionismo en la segunda vuelta a sus seguidores (la abstención anduvo por el millón y medio de votos) dándole la presidencia al banquero con quien decía “no coincidir”, pero en los hechos vimos una vez más como las izquierdas sin pensamiento nacional no son otras cosa que el furgón de cola de la derecha, mal que les pese Pachacutik se transformó en uno de los principales artífices de la llegada de Lasso al poder.

Lo del Arauz fue una epopeya, 48% de los votos en ballotage no es poco si se considera el punto de partida adverso, aunque obviamente en esta instancia tiene sabor a poco. Todos (me incluyo) tuvimos por momentos la sensación de que se podía ganar, de que el batacazo era posible, aun con todos los tanques en contra. Arauz hizo una gran elección, que le valió en la primera vuelta la principal bancada en la Asamblea Nacional para el correismo, aunque como era de esperar, el bloque de pachacutik fue el principal aliado elegido por el oficialismo de Lasso para negociar en esas instancias legislativas, y será su principal aliado en el futuro, como es de esperar.

Hace apenas unos días el gobierno de Lasso acaba de cumplir 100 dias y ya se habla en los medios del “fin de la luna de miel”. El gobierno concentro todo su esfuerzo en la campaña de vacunación pero no ha avanzado por ahora en las reformas que prometió, esto puede deberse a varias causas. La primera de ellas que no cuenta con una bancada que le permita alcanzar mayorías propias en la asamblea nacional, lo que lo obliga a tener que negociar con los otros dos bloques mayoritarios si quiere sancionar leyes.

La segunda puede podría ser que la plataforma política que pretende llevar a cabo no requiere fuertes cambios de timón, ya que las políticas económicas desarrolladas por su antecesor eran de corte neoliberal. En este plano, Lasso muestra más un afán de continuidad que de reforma, y en todo caso el objetivo es la profundización del plan neoliberal que enarboló en campaña política.

En la economía popular ya se empieza a notar malestar por incremento en los precios de gasolina, a la cual se le han quitado todos los subsidios, por lo cual ante un avance del precio internacional del Crudo esto se refleja inmediatamente en los surtidores, lo que ha derivado en un incremento de precios del transporte y productos de consumo masivo. Lasso fue preguntado por este tema, y su respuesta fue “que si reponía el subsidio a los combustibles iba  incrementarse el Riesgo Pais del Ecuador”. Esta parece ser la principal preocupación del mandatario por ahora, mantener un buen “clima de inversiones” que le permita renegociar deuda y esperar la lluvia de inversiones tan ansiada y que no llega (ni llegará). Con la llegada de Lasso al poder Ecuador se ha consolidado como un aliado de las políticas de Estados Unidos en la Región y como un abanderado del neoliberalismo libertario, dinamitando

el estado desde adentro y utilizándolo como coto de caza para sus fabulosos negocios financieros, como bien lo sabe el actual presidente. Mientras tanto, el camino de la producción y la distribución del ingreso deberán esperar. Ecuador, como la mayoría de las economías latinoamericanas tiene una enorme concentración de ingresos en los estratos altos de la población, los cuales seguramente seguirán en ese camino, mientras que los sectores medios y de bajos ingresos seguirán su camino del empobrecimiento.

Un dato de color de la campaña electoral de Lasso fue la incursión de Jaime Duran Barba. Los argentinos lo conocemos bien porque fue el creador de los globos amarillos y los bailecitos como estrategia de marketing que entronizó a Macri en la Casa Rosada. Para variar la palabra clave era CAMBIO, CAPACIDAD PARA CAMBIAR, VOCACION PARA EL CAMBIO, etc, pero a la luz de los acontecimientos parece que mas que a cambiar Lasso llegó para que nada cambie, y que lo que haya que cambiar sea para peor. Los platos rotos los pagará una vez más el pueblo ecuatoriano.

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